¡Despierto, y aún estoy contigo, oh Dios misericordioso y amante, mi
Roca, mi Fortaleza y mi Libertador, mi Escudo y el Cuerno de mi
Salvación, y mi Torre Fuerte! Levanto mi voz en esta hora temprana al
trono de tu gracia, y te doy gracias porque durante la noche que ha
pasado has preservado mi cuerpo y mi alma de todo daño. Bendito sea el
Señor todos los días, y bendito sea su nombre para siempre.
Dios mío, tu preservas mi vida día con día, para que pueda prepararme
para la eternidad y entregar mi alma a ti como tu posesión y morada. Tú
me has creado para la vida eterna. No quieres que perezca, sino que me
arrepienta y viva. Concede que yo me ocupe este día con mi propia
salvación con temor y temblor. Ahora es la mitad de la semana. Tres días
han pasado sin que haya pasado alguna desgracia. Si te agrada, permite
que también pase los otros tres días bajo tu protección y gracia.
Cuando ando en medio de los problemas, refréscame. Cuando mis enemigos
me rodean, llega tú para rescatarme y auxiliarme. Oh Jesús, mi
Mediador, haz mi corazón tu morada, para que me apresure para ir a ti
en todo acontecimiento, tribulación, sufrimiento y en la hora de la
muerte, y obtenga ayuda de ti. Si Dios es por mí, ¿quién contra? Oh
querido Salvador, permite que siga en tus santas pisadas hoy; permite
que ande como tú anduviste. Entonces escaparé con facilidad las
tentaciones del mundo y los engaños de mi propio corazón.
Está a mi lado mientras sigo en mi vocación. Digo con plena seguridad,
"Señor, no te dejaré hasta que me bendigas." Bendíceme si estoy dormido
o despierto; bendice cada paso; bendíceme en todas las cosas; y
permite que tu bendición descanse sobre mí. Bendíceme, y no quites de
mí tu bendición. Mientras estoy en las tareas de mi vocación, permite
que mi corazón diligentemente se torne a ti. Cuando mi corazón se
inclina a enredarse, y a buscar su gozo en los deseos del mundo y los
pecados del mundo, dame la fuerza para arrancarlo de estas cosas y a
hundirlo en tu amor, oh mi Padre, en tus heridas, oh mi Jesús, para que
no se extravíe de la comunión contigo, sino todavía se encuentre allí
cuando haya llegado la tarde. Si me espera un conflicto hoy, ayúdame a
vencerlo. Si se sugiere un pensamiento pecaminoso en mi corazón, o una
palabra mala sube a mis labios, fortaléceme para que lo suprima con la
ayuda de tu Espíritu. Permite que sea encomendado a ti mi familia, y
todos los que están enfermos y afligidos; haz la luz de tu gracia subir
y brillar en medio de su sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario